Hoy he estado meditando en el misterio del Baphomet. Anoche recibí cierto grado secreto, y las fiestas de los templos fueron solemnes con tal motivo. Lo curioso de tal caso fue que los magos negros, llenos de odio, comentaban lo de mi grado diciendo que yo estaba robándose a ellos.
Y realmente, espada en mano me ha tocado combatirlos para arrancarles los grados esotéricos de mi columna espinal. El cielo se torna por asalto. Hay que arrancarle la luz a las tinieblas. La sabiduría se elabora con la sapiencia del pecado y el vértigo del absoluto. La rosa elabora su perfume con el lodo de la tierra.
Así pues, el misterio del Baphomet es un misterio de alquimia. Entre los cuernos del diablo brilla la antorcha del verbo. Hay que robarle al diablo el fuego del cielo, porque el diablo es Dios a la inversa.
El misterio del Baphomet está representado por el macho cabrío de Mendes. La antorcha colocada entre los dos cuernos del Bafometo, es el verbo de la vida, es el fuego sagrado que tenemos que robarle al diablo, aprendiendo a gozar la mujer sin derramar el semen.
Es el fuego del Kundalini, cuyos grados tenemos que robarlos a los magos negros, aunque nos califiquen de ladrones. Este es el misterio del Bafometo. De las tinieblas sale la luz y el Cosmos sale del Caos.
El Baphomet es un diablo con una estrella de cinco puntas en su frente, tiene senos de mujer, un brazo es de varón y otro de hembra. Con una mano señala hacia la luna blanca, y con otra hacia la luna negra; el bajo vientre está velado, y los órganos sexuales están expresados por el Caduceo de Mercurio....
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