MARZO 16 DE 1952. Otro día de cárcel; aguardo visitas. Anoche me elevé aún más dentro de la escala de las jerarquías. Esa elevación la he pagado con cárcel; así sufriendo es como se ganan grados. He pasado sereno y pacientemente por esta prueba dolorosa, y he convertido mi misma cárcel en monasterio de Santidad.
No he protestado contra nadie y bendigo a mis verdugos. Hay que amar a nuestros amigos, porque nos comprenden, y a nuestros enemigos porque no nos comprenden.
El sendero está lleno de espinas, y los pies del caminante sangran con las duras piedras del camino. Estoy sufriendo, pero tengo la esperanza de que Julio Medina V., mi querido discípulo, me saque de esta prisión. Hoy he enviado letras a Julio, pidiéndole más actividad; no tengo miedo, pero sí tengo derecho a defenderme. Uno puede siempre defenderse, pero sin dañar jamás a nadie.
Las cosas esotéricas que he vivido aquí en esta cárcel son tan bellas y divinas, que no puedo jamás escribirlas. Esas cosas no las escribo, son cosas indecibles. No me entenderían los humanos si yo escribiera esas cosas....
https://www.jesusagrario.com/paginas/libros/apuntes/grados.html
