Incuestionablemente en la rigurosa observación del Mí Mismo, resulta siempre impostergable e inaplazable hacer una completa diferenciación lógica en relación con los acontecimientos exteriores de la vida práctica y los estados íntimos de la conciencia.
Necesitamos con urgencia saber donde estamos situados en un momento dado, tanto en relación con el estado íntimo de la conciencia, como en la naturaleza específica del acontecimiento exterior que nos está sucediendo. La vida en sí misma es una serie de acontecimientos que se procesan a través del tiempo y del espacio...
Alguien dijo: La vida es una cadena, de martirios que lleva el hombre enredada en el Alma... Cada cual es muy libre de pensar como quiera; yo creo que a los efímeros placeres de un instante fugaz, le suceden siempre el desencanto y la amargura... Cada acontecimiento tiene su sabor característico especial y los estados interiores son así mismos de distinta clase; esto es incontrovertible, irrefutable...
Ciertamente el trabajo interior sobre si mismo se refiere en forma enfática a los diversos estados psicológicos de la conciencia... Nadie podría negar que en nuestro interior cargamos con muchos errores y que existen estados equivocados... Si de verdad queremos cambiar realmente, necesitamos con urgencia máxima e inaplazable, modificar radicalmente esos estados equivocados de la conciencia...