Todas las religiones son piedras preciosas engarzadas en el hilo de oro de la Divinidad. Las religiones conservan los valores eternos, no existen religiones falsas. Todas las religiones son necesarias, todas las religiones cumplen su misión en la vida.
Es absurdo decir que la religión del vecino no sirve y que sólo la mía es verdadera. Si la religión del vecino no sirve, entonces la mía tampoco sirve porque los valores son siempre los mismos.
Es estúpido decir que la religión de las tribus indígenas de América es idolatría, entonces ellos también tienen derecho a decir que nuestra religión es idolatría. Y si nosotros nos reímos de ellos, ellos también pueden reírse de nosotros. Y si nosotros decimos que ellos adoran o adoraban ídolos, ellos también pueden decir que nosotros adoramos ídolos. No podemos desacreditar la religión de otros sin desacreditar la nuestra también, porque los principios son siempre los mismos. Todas las religiones tienen los mismos principios. Bajo el sol, toda religión nace, crece, se desarrolla, se multiplica en muchas sectas y muere. Así ha sido siempre y así será siempre.
Los principios religiosos nunca mueren. Pueden morir las formas religiosas, pero los principios religiosos, es decir, los valores eternos, no mueren jamás. Ellos continúan, ellos se revisten con nuevas formas. La religión es inherente a la vida como la humedad lo es al agua. Hay hombres profundamente religiosos que no pertenecen a ninguna forma religiosa. La gente sin religión es conservadora y reaccionaria por naturaleza. Sólo el hombre religioso logra la Revolución de la Dialéctica....
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