Los mayas en sí representan a la cultura atlante. Ese vasto continente que hoy yace sumergido en el fondo del océano que lleva su nombre, Atlas, el más antiguo de sus astrólogos, y que fue su rey.
La mente poética de los hijos de la Héleda le fingió por eso cual gigante que sustentaba sobre sus espaldas, y no sobre su mente poderosa, la máquina celeste.
Sus hijos, los titanes, pretendieron escalar el cielo, mas Dios les confundió y una noche la mar y el trueno rebramaron.
Trémula trepidó Europa, y despierta por el estruendo no vio ya al mundo hermano...
Todavía hace poco tiempo que se realizó en Yucatán un gran congreso de mayas.
Se realizó en un pueblo que ahora no menciono, el dirigente de aquél congreso fue un maya, sin embargo este fungía ante el pueblo como simple sacerdote católico, y se realizó el congreso del mayab en pleno atrio de la iglesia.
Fue precisamente allí donde un discípulo de la escuela del gran Ehecatl manifestó al alto sacerdote y a todos los grandes iniciados mayas que él quería el gran salto (Que su ciencia magnífica relacionada con el movimiento cósmico en modo alguno podría ser entendida por esta humanidad caduca y decadente del siglo XX) pedía permiso para dar el gran salto es decir, para meter el cuerpo físico dentro de la cuarta vertical definitivamente y marcharse a otro planeta.