Distinguidos caballeros, distinguidas damas; daremos comienzo a nuestra plática de esta tarde. Dentro del terreno de lo psicológico y parapsicológico, existen ciertamente sorpresas extraordinarias. En momentos en que inicio esta plática, me viene a la memoria el caso insólito de Eusapia Paladino, de Nápoles.
En presencia de esta mujer se sucedían fenómenos parapsicológicos extraordinarios. Sabios escépticos, materialistas de toda Europa, viajaron a Nápoles con el propósito de desenmascarar el fraude, como lo decían en aquellos días. Realmente tal caso asombraba...
Para analizar las cuestiones meramente parapsicológicas de Eusapia Paladino, hubo que organizar todo un Laboratorio. No faltaban allí, Básculas delicadísimas, papel fosforescente, yeso, placas fotográficas muy sensibles, aparatos de música entre cajas de acero, debidamente electrizadas con alta tensión, etc.
Este caso parapsicológico era formidable; Eusapia Paladino fue sentada en una silla muy especial; de lado y lado se colocaron postes de acero, se le envolvió en alambres de cobre hasta las orejas, los agujeros de las orejas, donde siempre van los aretes de las mujeres, fueron traspasados con alambres; sus dedos, su cuerpo entero, con el propósito de conjurar cualquier fraude.
Se le ató a los postes de acero en forma tal que cualquier movimiento se hacia imposible. Si intentaba durante los experimentos parapsicológicos, mover siquiera un dedo, resonaba un timbre... Se examinó el cuerpo de la presunta paciente: la urea, normal; no se encontró albúmina en sus riñones. La sangre negativo total, el funcionamiento hepático, normal; no se hallaron cálculos en la vesícula biliar. El examen iridiológico, demostró un organismo sano. El caso era, pues formidable.
En presencia de Eusapia Paladino una mesa, violando la ley de la Gravedad, se suspendió en la atmósfera. Se sacaron fotografías del hecho, se comprobó hasta la saciedad el fenómeno. Quienes asistieron eran escépticos materialistas, tipos incrédulos en un ciento por ciento, y sin embargo la Ley de la Gravedad había sido violada. No presentó la paciente (en este caso concreto) sino únicamente cierto temblor nervioso, más bien de tipo histérico, no creo que hubiese llega do hasta el temblor de tipo epileptoide. No poseía cultura de ninguna especie, intelectualmente era una mujer analfabeta....
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