¡Oh divina Madre Kundalini! ¡Serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes!, Sufro mucho y tú lo sabes; Aunque quisiera ocultar mi dolor entre las sombras del bosque, este aflora públicamente bajo la luz del sol.
Te amo Madre adorable, como ama en nuestra fértil tierra perfumada, el ave errante que en la selva mora, y este sagrado amor que el alma inmortal encierra, canta en la lira de Orfeo y llora en mi alma.
Te amo, Reina mía. Madre profunda, Cibeles, Rea, Tonantzín, te adoro, con esa fiebre sublime que besos sin mancha dan para cubrir tus huellas, que se vierte en rosas de vida, que se escribe con estrellas.
Me siento todo tuyo. Madre mía. Virgen inmaculada. ¿Qué hay en mi ser que para ti no sea? Desde mi débil corazón de hombre hasta mi santa postrimera idea.
Viví para adorarte Señora sublime; mi existencia ya desprovista de ilusiones, mis éxtasis constantes, buscan en el santuario de tu inocencia, la gloria y el calor de tus delicias. Esclavo de tu mágica belleza siempre sobrehumana, rindo mi corazón a tus ternuras.......
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