Muchas gentes creen en Dios y muchas gentes son ateos, no creen en Dios; existen también muchos individuos que ni creen ni no creen, estos últimos procuran portarse bien en la vida por si acaso hay Dios.
Nosotros decimos que la creencia en Dios no significa haber experimentado eso que es la Verdad, eso que se llama Dios. Nosotros decimos que negar a Dios no significa haber experimentado Eso que es la Verdad, eso que se llama Dios.
Nosotros decimos que dudar de la existencia de Dios no significa haber experimentado la verdad. Necesitamos experimentar Eso, que puede transformarnos radicalmente, Eso que muchos llaman Dios, Alá, Tao, Zen, Brahma, Inri, etc., etc.
La mente del creyente está embotellada en la creencia y esta última no es experiencia de Eso que es la Verdad, Dios, Alá o como se le quiera llamar. La mente del ateo está embotellada en la incredulidad y esta última tampoco es experiencia de Eso que es la Verdad, Dios, Brahma, etc., etc.
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