Cuando llega la desencarnación, concurre al lecho del enfermo un ángel llamado Ángel de la Muerte, y el moribundo suele verlo con el aspecto de una calavera.
La misión de este Ángel, es romper el Cordón Plateado que conecta al Astral con el cuerpo físico del hombre.
Los primeros tres días el difunto ve pasar delante de sí, toda su vida en forma retrospectiva, desde la muerte hasta el nacimiento, y al ver los malos actos cometidos siente vergüenza, y se alegra al contemplar las buenas acciones.
Días después se ve al desencarnado, ocuparse en los mismos oficios y ocupaciones cotidianas, como si nada hubiese sucedido.
Él sigue convencido que se encuentra con carne y hueso, sólo poco a poco su Conciencia se va despertando, hasta que al fin, poco a poco se da cuenta de su nueva situación, esto es análogo al niño recién nacido que durante los primeros años de su vida, sigue convencido de que se encuentra en el Plano Astral, y por ello no tiene el niño inconveniente en lanzarse a un precipicio si se deja a la orilla del abismo, pues él, todavía cree que se encuentra en el Plano Astral, sólo poco a poco se va dando cuenta de su nuevo ambiente, y es que la Naturaleza no hace saltos....
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