En los hogares de los iniciados sólo reina la alegría y la felicidad. En los hogares de los iniciados nunca hay lágrimas ni dolor. El hombre sabe perdonar los defectos personales de su esposa y ella su vez, sabe perdonar los defectos de su marido.
El hogar del Iniciado, es un paraíso donde sólo reina la alegría, la música, el baile y el beso. En los hogares gnósticos los niños son educados entre la música, el baile y el beso puro de sus padres. El hogar gnóstico está representado por la sagrada familia.
En el hogar gnóstico sólo hay Amor, y música. Allí los cantos deliciosos, allí la música inefable, allí las flores perfumadas embalsamando el aire. Y juegan los niños llenando de alegría a sus padres, que sólo saben amarse eternamente. Y en medio de su adoración, danzan alegremente, como danzan las estrellas entre las músicas de las esferas.
Sucede que después del coito de los fornicarios, viene el cansancio, el hastío y la desilusión. Pero en los hogares de los iniciados gnósticos, no hay fornicación, y por lo tanto allí no hay cansancio, ni hastío, ni desilusión. El Iniciado sólo se une sexualmente con su esposa para practicar su culto sagrado y no para fornicar, y por lo tanto a él, no le sobreviene ese hastío, ni ese cansancio del profano después de haber cohabitado.
El Iniciado no cohabita jamás, y sólo engendra un hijo, cuando recibe órdenes de la Logia Blanca. Entonces fecunda a su esposa bajo la dirección de la blanca hermandad, y esto como un sacrificio en el altar del matrimonio, muy rara vez en la vida. Cuando una pareja se encuentra unida en el acto sexual, los clarividentes podemos observar una luz muy brillante que rodea a la pareja, y es que las fuerzas más poderosas del Universo, vienen en ese instante a servir de medio para la creación de un nuevo ser....
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