La Dialéctica de la Consciencia
En el trabajo esotérico relacionado con la eliminación de los elementos indeseables que cargamos en nuestro interior, surge a veces el fastidio, el cansancio y el aburrimiento.
Incuestionablemente necesitamos volver siempre al punto de partida original y revalorizar los fundamentos del trabajo psicológico, si es que de verdad anhelamos un cambio radical.
Amar el trabajo esotérico es indispensable cuando de verdad se quiere una transformación interior completa.
En tanto no amemos el trabajo psicológico conducente al cambio, la reevaluación de principios resulta algo más que imposible. Sería absurdo suponer que pudiésemos interesarnos por el trabajo, si en realidad no hemos llegado a amarle.
Esto significa que el amor es inaplazable cuando en una y otra vez tratamos de revalorizar fundamentos del trabajo psicológico. Urge ante todo saber qué es eso que se llama conciencia, pues son muchas las gentes que nunca se han interesado por saber nada sobre la misma. Cualquier persona común y corriente jamás ignoraría que un boxeador al caer noqueado sobre el ring pierde la conciencia.
Es claro que al volver en si, el desventurado púgil adquiere nuevamente la conciencia. Secuencialmente cualquiera comprende que existe una clara diferencia entre la personalidad y la conciencia. Al venir al mundo todos tenemos en la existencia un tres por ciento de conciencia y un noventa y siete por ciento repartible entre subconciencia, infraconsciencia e inconsciencia.
El tres por ciento de consciencia despierta puede ser acrecentada a medida que trabajemos sobre sí mismos. No es posible acrecentar conciencia mediante procedimientos exclusivamente físicos o mecánicos. Indubitablemente la conciencia solamente puede despertar a base de trabajos conscientes y padecimientos voluntarios.
Existen varios tipos de energía dentro de nosotros mismos, debemos comprender: Primera. energía mecánica. Segunda. energía vital.
Tercera. energía psíquica. Cuarta. energía mental. Quinta. energía de la voluntad. Sexta. energía de la consciencia. Séptima. energía del espíritu puro....