La Revolución de Bel Capítulo 1º
Canta, oh Diosa de la sabiduría, a la majestad del fuego. Levantemos nuestras copas y brindemos por la jerarquía de las llamas...
Escanciemos nuestras ánforas de oro y bebamos del vino de la luz hasta embriagarnos...
¡Oh Demóstenes! cuan rápidos fueron tus pies en Cheronea... Mésmer, Cagliostro, Agripa, Raimundo Lulio, a todos os conocí, a todos os vi, y os llamaron locos.
¿De dónde sacasteis vuestra sabiduría? ¿Porqué la muerte selló vuestros labios? ¿Qué se hicieron vuestros conocimientos?
Yo beberé el vino de la sabiduría esta noche, en el cáliz de vuestros augustos cráneos, y en un gesto de rebeldía omnipotente me rebelaré contra la antigua huesa. Yo romperé todas las cadenas del mundo, y me declararé inmortal aunque me crean loco...
Yo empuñaré la espada de Democles, y haré huir a la inoportuna huésped... Pero no podrás contra mí, muda calavera, porque yo soy eterno...
Cristo ígneo, Cristo ardiente, yo levanto mi copa y brindo por los dioses, y tú, bautízame con fuego... ¿De dónde surgió esta enorme creación?
¿De dónde surgieron estas inmensas moles planetarias que como monstruos milenarios parecen salir de las fauces de un abismo para caer en otro abismo más terrible y espantoso que el primero? Levanto mis ojos a lo alto y sobre la cabeza ígnea del más grande de todos los sacrificados, leo esta palabra: "INRI". Ver más.....