Cómo se forma al Hombre Solar ALQUIMIA
Cuando se piensa en sexo, la gente se acuerda únicamente de sus vicios, de sus lascivias, de sus inmundas fornicaciones, de sus abominables adulterios...... Miremos nosotros cómo se unen los polos positivo y negativo en el cáliz de la flor para que haya creación; miremos nosotros las especies que viven y alientan bajo los rayos del Sol.
El Cisne, por ejemplo, con su libido plumaje, nos habla de amor. El Cisne, se alimenta de amor; cuando uno de la pareja muere, el otro sucumbe de tristeza... Existe una "Orden del Cisne", que existe tanto en Europa como en los Estados Unidos; dicha Orden solamente se dedica a estudiar ESO que se llama "AMOR...".
Obviamente, el amor fluye del fondo mismo de la Conciencia, es un funcionalismo del Ser, es un energía cósmica y trascendental. Para que haya amor, se necesita que haya afinidad de pensamientos, afinidad de sentimientos, preocupaciones mentales idénticas.
El beso es la comunión mística de dos Almas, ávidas de expresar en forma sensible lo que interiormente viven; el acto sexual, en sí mismo, es la consubstancialización del amor en el realismo psico-fisiológico de nuestra naturaleza. Miremos a un anciano enamorado: se rejuvenece, todas sus glándulas trabajan mejor y las energías que fluyen del fondo de la Conciencia reactivan esos pequeños micro-laboratorios que se llaman las "glándulas endocrinas"; entonces ellas producen mayor aflujo, mayor poder, mayor cantidad de Hormonas.
Dichas Hormonas invaden los canales sanguíneos y viene el proceso de reconstrucción, de revitalización celular. Así que vale la pena reflexionar en eso que se llama "AMOR", en ESO que se llama "SEXO", porque sexo y amor están íntimamente relacionados, ya que, repito, el acto sexual es la consubstancialización del amor en el realismo psico-fisiológico de nuestra naturaleza... ¡Cuán grande es el amor, sólo las grandes Almas pueden y saben amar!.
Sencillamente no debemos confundir el amor con la pasión, como ya lo he dicho... Gracias pues al amor, al sexo, a esa fuerza extraordinaria que fluye en todo lo que es, en todo lo que ha sido, en todo lo que será, pueden reproducirse las criaturas incesantemente, pueden existir las flores y los frutos sobre la faz de la Tierra, pueden multiplicarse todos los seres. Así, pues que, mirar al sexo con asco, considerándolo tabú o pecado, motivo de vergüenza o disimulo, es una blasfemia, equivale a escupir, francamente, en el Santuario del Tercer Logos. Así que vale la pena entender que es necesario trabajar con el poder maravilloso del sexo.
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